Si no está a la vista lo que busca, pregunte

viernes, 26 de febrero de 2010

De lo que debería ser universal

Continuando con el tema de la Orquesta Sinfónica de Minería, después de ese evento tan memorable tuve la iniciativa propia de cultivar mi espíritu y asistir a la Temporada 2009 de la OSM. Además de los beneficios naturales de asistir a un evento de este tipo, contaba con que, al ser de la Facultad de Ingeniería, el descuento aplicado sería de más del 80% sobre el precio de lista. La experiencia fue tan memorable que casi inmediatamente, asistí a la Tercera Temporada 2009 de la Orquesta Filarmónica de la Universidad Nacional Autónoma de México.

El punto de todo esto es que al asistir a 16 conciertos, 16 domingos, pude rescatar algunas observaciones que vale la pena discutir, con el espíritu de que se puedan evitar cierto tipo de comportamientos y situaciones que me parecieron, en palabras de un buen amigo, de lo peorcito.

El hecho más relevante es que la colectividad del evento se presta para todo tipo de encuentros y presentaciones sociales. En nomentos previos al inicio del concierto, en el vestíbulo de la Sala Nezahualcóyotl es común encontrar a aparentes personajes ilustres en compañía de su familia, estableciendo una serie de risas en turno entre el Jefe de Familia A y su contraparte de la Familia B.

Las familias A y B, así como las otras cuantas, presentan elementos en común. Se trata de familias donde los padres, de edad madura, galantean y tocan hombros izquierdos al encontrarse casualmente con alguien conocido. Citando a José Vasconcelos: se va a lucir el traje. Aquí es donde inicia el proceso de la presentación de algunos (o todos) los miembros. La prole - con molesta resignación evidente - se une al ritual dejando ver que se esta ahi por deseo de los padres.

Esta situación se asemeja en demasía con los rituales encontrados en algunas iglesias de caché a las que he tenido que asistir, nunca por gusto, sino por otras circunstancias que se escapan del tema. Esta similitud es evidente, el vestíbulo ahora son las afueras de la entrada, el concierto ahora es un show, ambos se realizan en domingo, pero hago notar el hecho de que se tratan de iglesias de caché.

Lo resalté, y lo vuelvo a hacer porque ese es el hecho fundamental que formaliza el símil: Al acudir al evento se forma parte de la élite del sistema. Se olvida el "evento principal" y se profundiza en los aspectos previos y posteriores al mismo.

El punto de todo esto, aún cuando mencioné que en ocasiones se pierde aparentemente el sentido principal del evento, es el hecho de que exista la cultura - en este caso musical - en sectores apartados del sistema  y se contribuya precisamente al decaimiento de la otra parte que no es integrada. No se trata de que unos pocos tengan acceso a la cultura, la cultura está ahí.

Al asistir a la Tercera Temporada de la OFUNAM, me percaté de algo muy particular: dentro de los asistentes, además de los señores existían grupos no muy numerosos de lo que aparentaban ser preparatorianos. Me resultó bastante extraño. Supuse que como parte del fomento a la cultura y a la OFUNAM en particular (además de los posters en paraderos y bahías de autobuses que hasta llegan a mis rumbos) se había realizado una iniciativa de regalar cortesías, o en el peor de los casos, condicionar a los estudiantes a asistir a algún concierto como parte de alguna asignatura.

No pienso que esté mal. Pienso que es la manera equivocada de acercar a la gente, y en especial a lo que se denomina nuevas generaciones a la cultura, y mucho menos considerando que se trata de música. En un ensayo de José Revueltas, realiza una discusión extensa entre el papel de la cultura como elemento fundamental de las revoluciones, como función del desarrollo de la conciencia crítica y de la autocrítica.

Menciono esto porque en dicha discusión se rescara el espíritu de la cultura general y lo que - no recuerdo bien el nombre, pero el punto es el mismo - es la cultura puntual.

Evidentemente no profundizaré en dicho ensayo, mismo que se encuentra en el libro Cuestionamientos e Intenciones, empero es importante destacar esos puntos en base a la siguientes observaciones personales (no presentes en el ensayo):

  • El enriquecimiento cultural, y sobretodo personal, no puede ser impuesto o condicionado. Nunca.
  • El gusto por algo puede ser desarrollado, mas no las actitudes referentes a dicho elemento en estudio.
  • El sistema, en este caso, provee de múltiples recintos para cultivar el espíritu, pero lo que no se hace es incentivar al sujeto a experimentar ni buscar.
Mencioné el hecho de que los asistentes a la temporada de la OSM y de la OFUNAM parecían ser personas de un nivel tanto cultural y económico mucho mayor al promedio, y es aquí cuando rescato una anécdota de el episodio de mi vida donde asistí a un un programa de la Compañía de Tatro de la UNAM realizado en la Facultad de Arquitectura el año 2009.

La entrada al auditorio de la Facultad fue gratuito, sin embargo, se invitó a los asistentes a un nuevo programa a realizarse en una sala del Centro Cultural Universitario. La Directora (no recuerdo el nombre, pido disculpas al no buscarlo y exponerlo aquí, sin embago, no estoy seguro de que sea la misma persona uqe dirige el programa de este año) conoció a Igor Stravinsky, que por ese simple hecho demuestra el nivel que posee. Lo importante en este momento fue que al realizar la invitación, resaltó el hecho de que se tendría que realizar un pago.

Lo interesante es que ella no estaba de acuerdo en que se cobrara por entrar, incluso, convocó a que los asistentes se presentaran en las puertas traseras con el fin de que entraran de forma gratuita. 

"El arte no debería de cobrarse, es algo tan humano y necesario que es un crimen atreverse a cobrar por algo así." Directora de la CND UNAM 2009
El hecho de sacrificar la remuneración (que en muchos casos en México, para la comunidad artística es compensación) por el interés de compartir aquello tan íntimo como lo es la creación y expresión, es un acto que considero que va más allá de la nobleza ordinaria.

Agradezco sobremanera el hecho de que el pago que realizo al asistir a los conciertos tanto de la OSM como de la OFUNAM sea tan bajo, y por eso mismo en ocasiones es triste ver que la asistencia voluntaria por parte de estudiantes es escasa.

 Debería ser universal. Debería ser universal el enriquecimiento personal, pero tristemente el sector marginado se ve desligado de la cultura en general. Se asiste a bailes, se leen revistas pasajeras, y no critico esos hechos, critico la intención con lo que se hace.

El sistema educativo público en México a nivel básico impone y condiciona la cultura a una calificación o aprobación. Se nubla el proceso permanente de la expansión del individualismo a esa conciencia crítica de la que habla José Revueltas. Es revolución.

Y precisamente se presenta el problema de la ética, de la cual hablaré en alguna otra entrega.